domingo, 2 de octubre de 2011

Historias cortas de Marita: sin miedo al mañana

Historias cortas de Marita: sin miedo al mañana

EN EL OCASO DE LA VIDA

Sin sentir la dulzura de tu rostro, sin palpar la belleza de tu piel, eso es por estar tan lejos de tu alma, espero encontrar la caricia que a mí me hace falta con tan solo el recuerdo de tu corazón.

MARIELA CARRION

INDICE

PROLOGO 4

DATOS BIOGRAFICOS 5

DEDICATORIA 6

PRIMERA PARTE

1. ALCANZAR UN SUEÑO 7

SEGUNDA PARTE

2. Sin miedo al Mañana 19

PROLOGO

Alcanzar un sueño. Existen variedad de sueños, soñamos con bienes cuando no los tenemos, en tener un amor, pero también en ser felices. Los hombres en tener a la mujer perfecta, en ser líderes, buenos deportistas y triunfar. Definitivamente hay variedad de deseos. Estas palabras nos incitan a pensar en poseer algo. Pero desafortunadamente en esta ocasión no es un sueño precisamente lo que alcance, lo que sí logré es crecer, en experiencia y con ello gané sabiduría, que es más valioso que todas las riquezas juntas.

En ocasiones nos detenemos por unos segundos a pensar en los buenos ejemplos que nos inculcaron nuestros padres y en los valores que heredamos. Pero la ambición y las tentaciones son más fuertes que eso: que los principios; porque siempre los instintos son alcanzar, tener y poseer. Esta historia está relacionada con los caminos que elegimos buenos, malos, izquierda o derecha. Sobre malas decisiones, frustraciones, pero también muchos anhelos y sobre todo sueños, que en ocasiones parecen inalcanzables. Pero sé que con mucha sabiduría todos estos grandes o pequeños deseos llamados sueños se harán realidad.

Sin miedo al Mañana. Esta historia está formada por relatos y vivencias de muchas personas con innumerables frustraciones, aunque siempre hay una ventana por donde ingresa la luz del sol, oh por lo menos un destello de esa luz tan inmensa que está en nuestro interior y que es difícil ver, lo primero que se piensa es que no hay salida a nuestros problemas, suena raro pero en sí los miedos lo inventamos nosotros mismos con las malas decisiones que tomamos en el transcurso de la vida, sembramos un terreno que nunca dará fruto, pero cada día que amanece observamos si ha nacido nuestra siembra sin saber que ésta jamás crecerá, he aquí parte de nuestros pequeños y grandes desencantos, una frase que leí y me gusto mucho dice” no se trata de encontrar un amor con quien vivir, sino de encontrar a un amor con quien no se puede dejar de vivir” Marco Molina

DATOS BIOGRAFICOS DE

MARIELA CARRION

Mariela Carrión nació el 8 de Octubre del 1967 en la Ciudad de Cuenca Provincia del Azuay, actualmente vive en Santo Domingo de los Tsáchilas, tiene tres hijas que son su adoración, la idea de escribir la tuvo desde que era muy joven, la primera novela que realizó la hizo inspirada en una de sus hijas, deseaba transmitirle parte de sus emociones, pero con palabras no podía hacerlo así que comenzó a escribirle, y termino siendo su primera obra literaria, lleva como título “ AMANECER DE UN NUEVO DIA”, es desde entonces que a visto la vida desde otra perspectiva, por ello deja en cada una de sus obras un mensaje para la juventud, para que de esa forma no malgasten su vida, y les recuerda que siempre hay un mejor mañana que se convierte en un nuevo día.

DEDICATORIA

Estas historias están dedicada a mis amadas hijas, que amo con todo mi corazón espero encuentren algo de mí en sus vidas, alguna enseñanza para que así puedan optar por vivir; sí, Pero con moderación, con entrega, y pensando siempre que en algún momento ya no tendrán veinte; no se darán cuenta cuando amanezca un día, y noten que su cuerpo y su rostro ya no son los mismos. Pero tengo la esperanza de que al leer esta historia, su vida no sea la misma, que sabrán escoger bien cuando llegue el momento, recuerden que Dios nos da oportunidades, pero nosotros somos los que elegimos.

Con amor, su madre.

ALCANZAR UN SUEÑO

Me llamo Michael Landázuri, con un metro ochenta de estatura y ojos color miel, complexión delgada, muy agradable a la vista.

Esta historia la quiero compartir con todos ustedes, y por medio de ella; transmitir parte de mi vida con todas mis no muy acertadas decisiones. Y el tremendo caos que sembré en toda mi existencia. Contarles un pedazo de mí pasado, es porqué deseo a la vez poder dejar una enseñanza de mis tan lamentables tropiezos, para que cualquier persona que tenga la oportunidad de leer esta historia encuentre una guía, un ejemplo; podríamos llamarlo así. Para que en el momento que se presente la oportunidad de elegir, puedan hacerlo con cautela. Y de esa forma tomar un mejor camino mientras se pueda, ya que una buena decisión puede dar un giro de noventa grados a todo su mundo.

No tengan miedo a enfrentarse con la vida, no importa dónde nos escondamos, la tristeza y la melancolía nos atrapará. Pero tengan presente siempre que el decir no, en ocasiones es muy productivo, puede librarnos de muchas batallas sin sentido, el sendero es largo, pero al recorrerlo nos enseña que el escoger el camino más fácil no siempre es una buena opción.

Mi juventud la pasé siempre con los mejores amigos, hablo de mejores, no porque eran excelentes personas o por su gran carisma con los demás. A lo que me refiero es que todos llevaban una vida con mucho lujo, tenían todas las comodidades. Lamentablemente el dinero no era suyo, sino de sus padres, no es lo mismo. Pero eso no era lo que yo creía en esa época de juventud, en la que, todos los jóvenes nos codeábamos sólo con chicos de condiciones económicas altas; en otras palabras, lo único que importaba era cuanto tenían, no eran sus cualidades lo que importaba, eso era secundario.

No solo amigos era lo que yo tenía junto a mi, también era todo un don Juan. Mis días la pasaba rodeado de mujeres, las más lindas de la secundaria y luego de la Universidad. Además, lleno de lujos y todo lo bueno que la vida me podía proporcionar, mis padres tenían una buena condición social, podría decirse así, porque nunca les faltó nada. Venían de una buena familia y jamás me privaron de algo que yo quería o necesitaba, ya que era su único hijo, Esa era una gran ventaja, porque no tenía que compartir su fortuna con ningún otro familiar. Su herencia era solo para mí, por ello como comprenderán todo lo que pedía era concedido.

Mis padres siempre fueron de las personas que me consentían mucho. Me daban todas las cosas materiales que quería como ropa y viajes. Trataban de que nunca me faltara nada, el amor que me tenían los hacía vulnerables a mí. Yo claro está, a pesar de tener toda su atención, siempre estaba pidiendo algo más, no importaba que fuera, ellos me amaban, y jamás vieron mis defectos. Tampoco me obligaron a tener responsabilidades, yo, para ellos era simplemente su felicidad. El simple hecho de no tener ninguna clase de vicios era suficiente para ellos.

Estudié en uno de los mejores colegios de la Ciudad. Lo único que mis padres querían era que me graduara, no les importaba cuanto tenían que pagar, siempre estaban ayudándome para que aprobara cada uno de los años, que casi los tenia perdidos. Hablando con maestros, rectores, y aportando cantidades de dinero para que así, pudiera seguir mi camino, cada año de mi vida estudiantil.

Así que, con mi tan buena suerte a favor, terminé la preparatoria y pase a la universidad. Todo continuó como siempre, jamás le di mi mejor esfuerzo a estudiar. Pero aún así, mi fama nunca fue decayendo. Aunque tenía sus altibajos, claro, pero yo me las ingeniaba para que eso no repercutiera en mi tan extensa y limpia hoja de vida, era siempre el muchacho más guapo y adinerado de la Universidad.

Cuando ingresé a la facultad de ingeniería comercial, mi vida estaba siempre como yo la quería, estudié una carrera no muy larga. Y de esa manera no gastar años de mi valioso tiempo y juventud en estudiar. Eso era lo que mi pequeño pensamiento de joven creía, pensaba que era demasiado inteligente por pensar así. Les di gusto a mis padres de ser un profesional, algo que siempre estaban exigiendo. Aunque ahora que lo pienso, eso era lo único que me imponían, ya que a todos mis caprichos accedían, era yo, quien los manejaba a mi antojo.

Por mi mente pasaba la idea de que si terminaba mi tan corta profesión, ya podía administrar sus empresas, y por eso estudié administración de empresas. Me proyectaba un futuro brillante rodeado de mujeres por supuesto; las más lindas.

Me imaginaba sentado en mi oficina dando órdenes, llegando tarde, luego de una buena noche de amigos, y de esa forma todo estaría bien, ya que yo sería el jefe.

Después de graduarme mis planes y metas se habían concretado, obtener mi título fue lo único valioso que les dí a mis padres. Y pienso que la única alegría también, porque prepararon una increíble fiesta celebrando la graduación de su tan amago hijo. Hablaron toda la noche de las cualidades de su primogénito. Estaban tan orgullosos de mí, que ese día, me dío gusto verlos tan contentos, no tan seguido tenían esa clase de sentimiento, pero en ese momento sí lo tuve, me pareció que les entregaba algo tan valioso, se veía tanta alegría en sus rostros, como si hubieran cumplido con su sueño.

Luego de la fiesta les pedí a mis padres un viaje, y ya saben cuál fue su respuesta. Me tomé un descanso de dos meses. Ese era yo, fui de vacaciones a Europa. Después me quedé algunas semanas en Nueva York disfrutando de la gran manzana, todo iba tan bien, hasta que el destino vino a jugarme una mala pasada, tuve que retornar a casa de una forma rápida.

Mi vida se transformó en un abrir y cerrar de ojos. Ocurrió una desgracia, mis padres murieron en un accidente en su avioneta rumbo a las montañas.

Ese fue el día más doloroso de mi vida, jamás se me pasó por la mente que eso ocurriría. Se fue la alegría. Lo único que se me venía a la mente era su imagen, los veía en el día de mi graduación cuando tuve el primer y último sentimiento noble hacia ellos. Todo pasó tan deprisa, no pude ni siquiera decirles cuanto los amaba, sólo cerré mis ojos, y pensé en lo tonto que fuí, en los momentos que pude estar con ellos y no lo hice, en lo desagradecido que me porté, pero nadie puede explicar un sentimiento así, es el dolor más grande que he tenido en toda mi vida, por primera vez tuve la sensación de que me arrebataron algo tan valioso y no tenía la capacidad de reclamar, ni tampoco el derecho de exigir, esa fue la única vez que lloré.

Me quedé huérfano a los veinte y dos años. Sin experiencia, ni siquiera una idea de cómo ganarme la vida, jamás había trabajado en ningún lugar y menos para mantenerme. Traté de madurar lo más rápido, me costó mucho, ya que ni siquiera sabía por dónde comenzar con tantas responsabilidades que el estar solo implica, tampoco tenía idea de cómo sobrellevar una casa ya que mi madre hacia todo eso. Mi madre jamás me dio obligaciones, ni me enseñó a estar sin ella.

Los años que vinieron luego, no fueron buenos para mi, verme sólo me hizo reflexionar mucho. Por primera vez supe lo que era estar triste, pero tuve que enfrentar ese dolor, no tenía otra cosa más que hacer. Así que, después de haber ido al funeral de mis padres, no volví hacer el mismo. Ese accidente marco mi vida para siempre. Traté de seguir el camino de mi padre administrando sus negocios, pero en el intento descubrí muchos cabos sueltos, la vida real no era cómo yo me la imaginaba.

Cuando salí de mi inmadurez alocada en cosa de un par de semanas, me dí cuenta de que el socio de mi padre había estado robando por muchos años, ahí recién pude darme cuenta que las personas no son lo que aparentan. En el momento que tienen oportunidad, te engañan y te traicionan. Ahora era mucho más fácil, mi padre ya no estaba, sólo tenían frente a ellos, a un muchacho inexperto, que sólo pensaba en diversiones, en mujeres, en vivir la vida, un niño caprichoso, que no sabía otra cosa más que pedir.

Traté de separar las empresas de la sociedad, pero eso no me fue posible ya que los tan gentiles caballeros y socios me habían dejado solamente, la casa donde vivía con mis padres y una pequeña fábrica de madera. Todas las demás empresas estaban en banca rota según ellos, me temo que eso mi padre nunca lo supo, porque aquello nunca fue verdad. Jamás las fábricas estuvieron en banca rota, sólo fue una oportunidad que los amigos de mi padre tuvieron para robarse todo su dinero. Pero esas, son cosas que la vida te enseña, la experiencia cuesta mucho. La ambición y la codicia son más grandes que la amistad y la lealtad.

En cosa de un mes, estos hombres, los que siempre estaban junto a mi padre compartiendo cenas, bufes, viajes, en un abrir y cerrar de ojos dejaron en la pobreza a su único hijo y no pude hacer nada para evitarlo.

Busqué ayuda con los supuestos amigos adinerados que tenía y de los que tanto me jactaba para que me ayudaran a poder recuperar los bienes de mi padre, pero desaparecieron todos, abogados, contadores, periodistas, hasta los mecánicos, para exagerar un poco lo que les quiero decir, ninguno apareció, todos se esfumaron, estaba completamente sólo y perdido en un mundo lleno de gente.

No tenía familiares, pero ahora eso no era motivo de alegría, como antes era para mí, cuando pensaba en que iba hacer el único dueño de la herencia de mis padres. Mis abuelos ya no estaban, con todas estas malas jugadas que la vida te dá, caí en una profunda depresión, por varios meses, tuve que ir con un siquiatra para que me ayudara a vencer este triste episodio de mi vida.

Pero no me dí por vencido y después de un buen tratamiento continué mi penoso camino, ya no tenía los mismos lujos de antes y el dinero de la fábrica no era suficiente. Tuve que buscar otros ingresos, empecé a buscar trabajo, tratando de abrirme campo en otros negocios, no me fue nada bien. Así que tuve que optar por trabajar en otra empresa que no era para nada de mi propiedad.

Presente mi hoja de vida y obtuve trabajo en un banco como sub gerente, las invitaciones a fiestas cocteles y demás asuntos sociales ya no llegaban a mí. Traté de involucrarme en el mundo que siempre tuve, pero me fue cada vez más difícil. Ya no podía pagar los paseos, viajes y salidas nocturnas como antes lo hacía, porque ya no contaba con una fortuna. Eso era un pecado en el mundo social que yo vivía, poco a poco me aparté cada vez más de esa vida, no era porque yo quería, sino porque la sociedad que frecuentaba así lo quiso.

Mientras me adaptaba a mi nueva realidad; por fín, algo bueno sucedió, iba yo camino a casa luego de salir de mi trabajo y fui al supermercado por algo de provisiones, cosas que antes nunca lo hacía, como estaba tan perdido en esa tarea de comprar, todo lo hacía mal, no sabía los precios y mucho menos que comprar. Hasta que una comedida chica vino en mi ayuda, ahí fue donde conocí a Adriana una mujer maravillosa. Luego de pasar un buen rato juntos, charlando sobre precios y aceptando todo tipo de sugerencias, ésta niña tan comprensiva vino a arreglarme la vida. Después de unas cuantas citas empezamos una relación de pareja, nos hicimos novios, ahí pude notar que esta linda mujer realmente me quería tal y como yo era y no por mi situación económica.

Le comenté lo que me había sucedido. El engaño de los amigos de mis padres, la tragedia de su muerte, en fin, todo lo que representaba en ese momento. Ella entendió todo, al parecer fui de su agrado desde el primer momento en que me vio.

Ella fue quien me animó a seguir con mis proyectos, me apoyó y fue mi fortaleza. Adriana me ayudó a sobreponerme. Además, a su familia que era adinerada no le interesaba que yo fuera un hombre pobre, solamente se limitaron a ver los valores con lo que yo sí estaba seguro de tener. Pero como ninguna desgracia viene sola, para mi mala suerte eso no fue así, me di cuenta, después de algunos meses, que ni eso poseía, porque me deje llevar por los placeres de la vida.

Mientras yo seguía proponiéndome surgir y empezar nuevamente desde cero, con tan solo mi capacidad y la ayuda de una buena persona como Adriana para agrandar mi mala suerte. Se presentó alguien más en mi vida, Paulina, una compañera del banco.

Cuando la conocí me pareció una mujer muy hermosa, y sobre todo demasiado sensual, no tenía nada parecido a Adrian que era una mujer discreta en su forma de vestir, humilde y sobre todo

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